El mundo de la informática en general tiene un problema, hay mucha gente que, a veces de buena fe y a veces no, se hacen pasar por expertos, cuando su dominio es el de un usuario más o menos medio. Esto puede venir tanto por parte de conocidos que se ofrecen a ayudar en un momento o directamente te sugieren realizarte algún apaño o por «piratas» que cobran precios muy por debajo de lo que es el mercado.
Concretando en el mundo de la web se ve mucho el «eso te lo hago en media hora» o «pagar eso es un robo, yo sé de uno que te lo hace mucho más barato», y si no se tiene mucha idea y no se le va a dar ningún uso comercial puede que cuele, pero en general no es buena idea. Éstas son las razones por las que si vas a hacer una página de un negocio es mejor confiar en un profesional.
- Un profesional te asesora sobre qué solución se adapta más a tus necesidades. Un aficionado suele estar limitado a un diseño html básico o al uso de plantillas y CMS, y un intruso en el sector va a buscar la solución más rápida y que menos trabajo le cueste a él, ya que le interesa hacer el mayor número de páginas con el menor esfuerzo posible. La solución que te va a dar el profesional quizá te parezca más cara, pero has de contar con que el resultado final va a ser de mucha más calidad y va a ser exáctamente lo que tu negocio necesita, y siempre se puede buscar un presupuesto acorde a las necesidades de cada uno.
- Un profesional te ofrece garantía y soporte técnico de la web que te ha desarrollado. Si dejas que te haga la web un conocido que no se dedica a ello y surge una incidencia posiblemente tenga sus propias ocupaciones y tarde bastante tiempo en poder arreglartela, si es que no es un problema que sobrepasa sus conocimientos y diréctamente no puede hacer nada. En el caso de los piratillas lo más común es que tras terminar la web desaparezcan y al no tener ninguna factura del trabajo no se les puede reclamar nada en absoluto. Los profesionales del desarrollo web tienen unos medios para la resolución de dudas y dar soporte a las incidencias que puedan ir surgiendo de la forma más rápida y eficaz posible.
- Un profesional se compromete a realizar el trabajo en un plazo fijado. Cuando es un conocido el que te va a hacer la web en su tiempo libre no es nada fácil saber el tiempo que le va a costar, sospechando que si lo hace muy rápido no va a ser un trabajo de calidad, y si se retrasa mucho al no cobrar y ser familia o amigo pues no estás en la posición de exigirle nada. En cambio la gente que hace webs de forma intrusiva suelen entregarlas muy rápido al trabajarlas poco, aunque siempre está el peligro de que cobren un anticipo y la dejen a medias. Al contratar un profesional a la vez que se hace el presupuesto se estima la fecha tope en la que lo necesita el cliente y se calcula un plazo que puede variar por la complejidad del trabajo o por la carga de trabajo estacional, pero siempre buscando el poder llegar sin retrasos a la fecha de entrega con la web terminada y funcionando.
- Un profesional te apoya con el lanzamiento de la página. Tanto como si te hace la web un amigo aficionado como un piratilla en el momento que han colgado la web se desentienden de cómo le pueda ir. Los profesionales del sector se preocupan de que sepas cómo manejar la página, te indican cómo emprezar a moverla por redes sociales y cómo deberías ir actualizando los contenidos en el caso de que no sea una web estática, ya que es el primer interesado en que sea un éxito.
- Un profesional pone su prestigio en juego cuando diseña una web para su cliente. Está claro que a un conocido que trabaja de otra cosa le importa bastante poco lo que pueda pensar la gente sobre la web que ha hecho, y la gente dedicada al intrusismo está por encima de ello, ya que no exponen sus trabajos como referencia y al no estar en ningún registro oficial no son un blanco fácil de las críticas. Los profesionales del diseño y el desarrollo web tienen como un importante pilar para conseguir nuevos clientes el tener una buena relación de proyectos de calidad con clientes satisfechos.