Queda poco para que se acabe la posibilidad de actualizar a Windows 10 de forma gratuita desde Windows 7, Windows 8 o Windows 8.1, el 29 de julio, y aunque en el último mes se ha disparado el número de gente que ha actualizado el sistema todavía hay muchos usuarios que no se atreven a dar el paso, ya sea por miedo al proceso de actualización o por preferir quedarse con su sistema operativo.
Actualizar el sistema tiene claras ventajas de seguridad y de rendimiento, sobre todo con ordenadores nuevos, pero conlleva ciertos riesgos para gente que no está acostumbrada a la instalación de sistemas operativos. Hay varias formas de actualizar a Windows 10, unas más automáticas y otras más manuales. Como es de esperar las que son automáticas dan un resultado de rendimiento peor al finalizar el proceso, aunque hay la posibilidad de apañarlo un poco, y las opciones más manuales dan un resultado final mucho mejor, pero hace falta tener más conocimientos a la hora de instalar.
Preparativos previos a la actualización
¿Mi ordenador es compatible con Windows 10?
Si te ha saltado la ventana automática para actualizar a Windows 10 te habrá mostrado un mensaje sobre si tu ordenador es compatible o no con el nuevo sistema operativo, de todas formas no está de más que lo compruebes por tí mismo mirando los requisitos mínimos y recomendados para esta versión. Tienes que tener en cuenta que en julio va a haber una gran actualización de Windows 10 en la que cambiarán muchas cosas, entre otras subirá el requisito mínimo de RAM de 1GB a 2GB.
Guarda todos tus archivos en un lugar seguro
Siempre es recomendable tener una copia de seguridad de tus archivos más importantes, aunque no vayas a hacer ninguna actualización o instalación, ya que nadie está libre de que se estropee el disco duro o, cada día más frecuente, que sufras un ataque de un ransomware y te bloquee todos los archivos en tu equipo. Eligiendo la actualización automática sin pérdida de información no tendría por qué pasar nada, pero siempre es mejor ser precavido y luego no lamentar la pérdida de ningún documento importante si por lo que sea falla y hay que formatear el ordenador.
Hay una práctica muy aconsejable que es la de tener el sistema operativo y los documentos personales en particiones de disco diferente, y mucho mejor si son discos diferentes. Desde la irrupción de los discos SSD una costumbre muy extendida es usar el disco sólido para albergar el sistema operativo y los programas instalados, que van a aprovechar mucho más su mayor velocidad de carga, y tener un disco duro mecánico de los de toda la vida para guardar los archivos personales. La ventaja de tener los programas en otro disco es que en caso de formateo no se pierden los archivos, ya que sólo afecta a la partición o disco donde está instalado el sistema operativo.
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También es interesante guardar cosas tales como los favoritos del navegador, los datos del programa de correo electrónico si se tiene, todas las configuraciones que se puedan exportar, y si eres gamer hacer copia de las partidas de videojuegos, que después se echan mucho de menos si se pierden.
Recopila los números de serie de tus programas y de Windows
Al actualizar a Windows 10 de forma automática se pueden conservar los programas instalados y la activación se realiza automáticamente, aún así es bueno tener bien localizados los números de serie de todos los programas que usas y del propio Windows que tienes ahora, ya que en caso de reinstalación el programa te lo puede solicitar, y en el futuro quién te dice que no los vayas a necesitar. Windows 10 se puede instalar desde cero con el número de serie de una versión anterior como Windows 7, Windows 8 o Windows 8.1, siempre que se haya hecho la actualización antes del 29 de julio de 2016.
Actualiza el sistema operativo y desinstala software problemático
Para evitar problemas durante la instalación es recomendable tener tu antiguo Windows 7, Windows 8 o Windows 8.1 actualizado a la fecha más reciente posible. También es importante desinstalar el antivirus, el firewall y otros programas que puedan provocar errores o estén desfasados, como Messenger.
Elige el método de actualización
Actualización automática
La actualización de Windows 10 automática es la que aparece junto al reloj de Windows con el icono en blanco. En los últimos días le ha saltado ésta actualización a bastantes usuarios sin darse cuenta, pero se supone que Microsoft ya ha arreglado este problema. Si se elige esta opción se conservan tanto los archivos como los programas instalados, y si no sale bien hay una opción para revertir la instalación y volver al sistema operativo anterior.
Es la forma más fácil de instalar, pero a la vez es la que da más problemas. Al terminar puede que el equipo vaya bastante más lento o algún programa no funcione correctamente, por lo que muchas veces se acaba recurriendo a hacer una instalación limpia para que todo funcione correctamente.
Actualización con la herramienta de creación de medios
Microsoft tuvo el detalle hace unos años de crear la Herramienta de Creación de Medios (la puedes descargar aquí) cuando los fabricantes de ordenadores dejaron de suministrar el disco de instalación de Windows. Así si se perdía la partición de recuperación o simplemente se quería hacer una instalación limpia de Windows se podría conseguir una imagen de disco para grabar en DVD o crear un USB autoarrancable desde el que poder hacerla. Con la llegada de Windows 10 se le ha unido la utilidad de utilizarlo para realizar la actualización desde sistemas operativos anteriores.
Una vez descargada e instalada la herramienta, se puede actualizar directamente, comenzando la descarga, o creando un medio de instalación, con lo que se podría formatear el ordenador e instalar desde cero.
¿Conservar datos o no?
Aquí entramos un poco en el mundo de lo subjetivo, puedes hablar con mucha gente y cada uno te dirá una cosa diferente. Yo desde mi experiencia creo que lo mejor es hacer una actualización limpia, que no guarde ningún dato, ya que muchos programas pueden producir incompatibilidades y es mejor instalarlos en Windows 10 una vez ya actualizado, además si has seguido mis consejos anteriores ya habrás guardado tus archivos personales a buen recaudo y no hay posibilidad de perderlos.
Si decides preservar los datos, también tienes la opción de elegir qué datos quieres que se guarden, por lo que puedes optar por eliminar los programas, que son lo que más problemas pueden ocasionar con el nuevo sistema operativo.
Instalación de Windows 10
Configuración de privacidad
Al actualizar a Windows 10 hay pocas opciones a la hora de elegir, pero una muy interesante es la de la privacidad. En la ventana de «Comenzar rápidamente» puedes elegir usar la configuración rápida, con lo que te activará todos los servicios de Microsoft, o hacerlo de forma personalizada.
Eligiendo la configuración personalizada puedes activar o desactivar multitud de servicios de Windows 10, yo recomiendo desactivar todas las opciones si no vas a usar los navegadores de Microsoft (también recomiendo no usarlos), así conseguiremos un mayor nivel de privacidad, tema muy polémico en el lanzamiento de Windows 10.
Cuenta de usuario
Con la actualización se conservan las cuentas de usuario del Windows anterior, por lo que no hay mayor problema, pero si la instalación es limpia sí que pide crear una cuenta. Hay dos opciones, asociar una cuenta de Microsoft, como por ejemplo una de Hotmail (esto ya era así en Windows 8 y Windows 8.1) u omitir este paso y crear una cuenta de usuario personalizada.
Elijas cualquiera de las dos opciones es muy recomendable crear una contraseña, puede parecer que es algo tedioso, pero incrementa mucho la seguridad del sistema. No hablo sólo de que alguien pueda entrar en tu equipo, con el nuevo sistema de permisos si tu cuenta no tiene contraseña una aplicación podría modificar cualquier cosa de tu ordenador, en cambio si se la configuras le estás bloqueando el acceso a partes importantes del sistema.
Y después de actualizar a Windows 10 ¿Qué hacemos?
Comprobar que todo ha ido bien
Nada más terminar la actualización a Windows 10 lo primero que hay que todo está como debe. Un problema que puede haber es el de drivers, por lo que conviene ir al administrador de dispositivos y comprobar que no hay errores. A estas alturas es rara la marca que no ha sacado ya un driver para Windows 10, a no ser que sea un producto descatalogado hace bastante tiempo, aún así con drivers para Windows 7 o Windows 8 debería ir bien.
Si no se han borrado los programas hay que comprobar que arrancan bien, y en caso contrario desinstalar e instalar. Si siguen sin funcionar puede deberse a que ya no sean compatibles con Windows 10 o que se han corrompido, por lo que la solución sería o usar otro programa similar o hacer una instalación limpia de Windows 10.
Si has elegido conservar tus archivos personales comprueba que siguen donde deberían estar, si no los encuentras durante la instalación se crea una carpeta en el disco duro llamada Windows.old en la que se guarda el sistema operativo anterior, y de allí se puede rescatar mucha información.
Instalar los programas que vayamos a usar
Ahora sería el momento de volver a instalar el antivirus y otros programas que convenía desinstalar antes de actualizar a Windows 10, y si hemos hecho una actualización limpia directamente instalaremos los programas que vayamos a usar.
Recomiendo de todas formas ir instalando los programas conforme se vayan a ir usando, así disfrutaremos de un ordenador más fluído y rápido tanto en arranque como en funcionamiento.
Optimizar el inicio
Una gran herramienta que trae W10 es la opción de elegir qué programas deben iniciar con el sistema operativo. Desde el administrador de tareas pulsamos en Más detalles y después en la pestaña de Inicio, allí podrás elegir dentro de las aplicaciones que se inician con Windows cuales quieres deshabilitar, además de decirte el impacto que tienen en el inicio (carga del sistema).
También puedes optimizar Windows 10 desinstalando aplicaciones preinstaladas que no quieras usar, como algunos juegos y utilidades que aparecen en las tiles del menú de inicio. Una vez que tengas claro que no vas a revertir la actualización puedes pasar un programa tipo CCleaner para liberar bastantes gigas que contienen la información del Windows que tenías anteriormente instalado.
A disfrutar de Windows 10
Una vez hayas terminado de ponerlo todo a tu gusto es hora de empezar a disfrutar de tu nuevo Windows 10. Como todo en esta vida hay gente que le gusta más y que le gusta menos, pero objetivamente es un sistema operativo más robusto que sus predecesores y con un uso muy similar al de Windows 7.
Si quieres que todavía se parezca más a Windows 7 puedes eliminar las tiles del menú de inicio símplemente pulsando sobre ellas con el botón derecho y dando a desinstalar o a desanclar, depende de cada aplicación. Una vez vaciado sólo tienes que arrastrar el lateral para estrechar el menú y que quede con un aspecto más liviano.
Próximamente iremos poniendo más trucos y consejos de Windows 10, así como de una guía completa de cómo formatear el ordenador desde cero para crear una instalación lo más limpia posible.
Mucha gente se ha sentido decepcionada al actualizar a Windows 10 y mucha otra está muy contenta, de todas formas recuerda que siempre que no hayas borrado los archivos del antiguo Windows puedes revertir la actualización y volver a tu sistema anterior. ¿Te gusta el nuevo Windows 10? ¿Qué te gustaría saber acerca de él?