Todos los días usamos el correo electrónico, ya sea para mandar y recibir mensajes o para borrar spam, pero no nos detenemos a pensar cómo funciona desde dentro. Os vamos a explicar cómo se envían y reciben los emails.
El funcionamiento de tu correo electrónico
El correo electrónico fue uno de los primeros servicios que hubo en Internet, de hecho en un principio se creó para el intercambio de información entre universidades (qué dices de militares, eso no pasó nunca…), y su funcionamiento sigue siendo muy arcaico en general, habiéndose modificado muy poco en muchos años.
El correo electrónico funciona como un sistema de cliente-servidor. Ya sea desde un webmail o con un programa lo que hacemos es usar un cliente que nos muestra los correos que han llegado a nuestro buzón y nos deja enviar correos a otras personas. Luego este cliente se conecta con un servidor que ya se ocupa del trabajo sucio.
Servidores de correo electrónico
Básicamente hay dos tipos de correo electrónico actualmente, el llamemos normal, basado en POP3, IMAP y SMTP, y los basados en Exchange de Microsoft. En este segundo no nos centraremos ya que es el Hotmail de toda la vida o se usa sólo en servidores de grandes empresas.
Centrados en el correo normal la realidad es que hay dos servidores diferentes, uno que se encarga de enviar los correos electrónicos, el SMTP, y otro que se encarga de recibirlos y guardarlos en el buzón, al que nos conectaremos a través de POP3 o IMAP. Una cosa curiosa es que estos dos servidores son totalmente independientes, por eso cuando envías un correo desde un cliente, si luego accedes desde otro diferente no lo vas a ver en la carpeta de enviados al no tener conexión con el buzón.
Funcionamiento del SMTP y el buzón de correo electrónico
Cuando envías un correo, tu cliente se conecta a un servidor SMTP, éste con la dirección de email busca por DNS a qué buzón de correo corresponde. Después cuando nuestro cliente se conecta al buzón revisa si hay emails nuevos, y depende del protocolo que hayamos configurado reacciona de una forma u otra. Si usamos la conexión POP3 lo que hace el cliente es descargar los correos a nuestro ordenador, eliminándolos del servidor. Esto provoca que si tenemos varios clientes sólo podamos leer el correo desde el primero que lo descarga, aunque suele haber una opción de dejar una copia del correo en el servidor.
Este sistema se está dejando en desuso a favor del IMAP. Con la conexión por IMAP lo que hacemos es sincronizar el cliente con el buzón, pero sin descargar los correos. Esto ayuda a tener varios clientes sabiendo desde cada uno qué correos has leído ya.
Seguridad en el correo electrónico
Los correos electrónicos se envían a través de Internet en formato de texto plano, lo que hace que sean especialmente vulnerables al espionaje de los indeseados. Por eso es muy recomendable usar conexiones cifradas a los servidores, que hace que sean prácticamente imposibles de leer por extraños. Normalmente ya casi todos los servicios de correo son seguros, pero es interesante fijarse a la hora de configurar un cliente tipo Outlook o Thunderbird que la conexión al servidor sea segura.